¿ENSEÑAR LAS TETAS ES LUCHAR POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES? LAS MUJERES TENEMOS QUE REFLEXIONAR SOBRE LO QUE ESTAMOS HACIENDO Y PLANTEARNOS NUEVOS RETOS

BIOGRAFIAS



LAS 13 ROSAS



Ellas se llamaban Ana López Gallego, Victoria Muñoz García, Martina Barroso García, Virtudes González García, Luisa Rodríguez de la Fuente, Elena Gil Olaya, Dionisia Manzanero Sala, Joaquina López Laffite, Carmen Barrero Aguado, Pilar Bueno Ibáñez, Blanca Brisac Vázquez, Adelina García Casillas y Julia Conesa Conesa. Eran modistas, pianistas, sastras, amas de casa, militantes todas, menos Brisac, de la JSU. El suyo se considera uno de los castigos más duros a los vencidos de la posguerra. Una respuesta, dicen, al asesinato del comandante de la Guardia Civil, Isaac Gabaldón, a su hija y su chófer el 27 de julio anterior.

¿Qué perdieron las trece rosas aquella mañana de agosto de 1939 y por qué representaron de un modo tan definido la dignidad ante el abismo? Son los tiempos de la primera posguerra. Trece mujeres, casi todas menores de edad, son detenidas, juzgadas y ajusticiadas. Tras su muerte, empiezan a ser llamadas Las trece rosas. Así comienza la leyenda que da cuerpo a esta novela, en la que Jesús Ferrero vuelve a sumergirse en las fuentes de las que surgen los mitos, para dar vida a trece conciencias que parecían normales, y que en muchos aspectos lo eran, pero que encarnaron una terrible paradoja: a la vez que dejaron un rastro imborrable, fueron prácticamente borradas de la historia. Huyendo del drama político y el reportaje, Ferrero configura Las trece rosas como una narración para donde la única apuesta cae del lado de la literatura, dando como resultado una novela coral en la que participan por igual la memoria y la imaginación . 

                                                                                                                                                                                                                         

















 MARIA ROSA ALONSO

Nació en Tacoronte (Tenerife) en 1910. Ha sido profesora, investigadora y ensayista. Con el pseudónimo de María Luisa Villalba firmó sus primeras colaboraciones periodísticas en diversos medios de Tenerife. Estudió Filología Española en la Universidad de Madrid, donde fue alumna de Ortega y Gasset, García Morente, José Gaos y Américo Castro, y donde se licenció y más tarde (1948) se doctoró. Fue miembro fundador del Instituto de Estudios Canarios, entidad de la que fue promotora en 1932. Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de La Laguna (1942-1953). En este último año renunció a su cargo de profesora adjunta y se trasladó a Venezuela. Fue profesora de la Facultad de Humanidades en la Universidad de Los Andes (1958-1968) y subdirectora de la revista Humanidades de dicha universidad. Regresó a España ya jubilada. Ha cultivado la prosa narrativa y de evocación lírica. Además de innumerables artículos en revistas especializadas de España e Hispanoamérica, ha sido asidua colaboradora de la prensa del Archipiélago. Entre sus obras: San Borondón, signo de Tenerife (1940); En Tenerife, una poetisa. Victoria Bridoux Mazzini 1935-1862 (1940 y 1944); Con la voz del silencio (1945); Otra vez (1951), novela; El Poema de Viana (1952); Pulso del tiempo (1953); Manuel Verdugo y su obra poética (1955); Residente en Venezuela (1960); Sobre el español que se escribe en Venezuela (1967); Papeles tinerfeños (1972); La ciudad y sus habitantes (1989) y Santa Cruz, vocación de futuro (1989).


Anthony, Susan Brownell (1820-1906)

Destacada reformadora social estadounidense que 
dirigió la lucha por el sufragio femenino. Falleció antes de que se adoptara la decimonovena Enmienda (26 de agosto de 1920).
Nació el 15 de febrero de 1820 en Adams (Massachusetts). Educada por su padre (maestro de escuela), Anthony se convirtió en pedagoga y ejerció la docencia hasta la edad de 30 años.
Cuáquera liberal y reformista radical, participó desde 1848 hasta 1853 en el movimiento antialcohólico. Entre los años 1856 y 1861 asumió la causa abolicionista y trabajó en la Sociedad Antiesclavista Americana. En 1863, durante la Guerra Civil estadounidense, fundó la Liga de Mujeres Leales para luchar en favor de la emancipación de los esclavos. Finalizado el periodo de la reconstrucción posterior a la Guerra Civil, protestó contra la violencia infligida a los negros y exigió la total participación de éstos en el movimiento sufragista femenino.
La lucha por los derechos de la mujer
La lucha de Anthony por los derechos de la mujer comenzó en 1851, cuando conoció a Elizabeth Cady Stanton. Desde 1854 hasta 1860 ambas propugnaron la reforma de las leyes discriminatorias del estado de Nueva York, pronunciando conferencias y organizando una campaña para modificar la legislación existente.
Después de la guerra, Anthony y Stanton consideraron que el objetivo primordial de su lucha debía ser conseguir el sufragio universal, por lo que en 1869 fundaron la National Woman Suffrage Association para conseguir una enmienda constitucional que otorgara a las mujeres tal derecho. Aunque la 15ª Enmienda permitió el derecho al voto de los esclavos recién liberados, las mujeres de todas las razas continuaban siendo excluidas. Entre los años 1868 y 1870 Anthony y Stanton publicaron un periódico, Revolution, en el que denunciaron las injusticias que sufrían las mujeres. Viajó a Europa en 1883, y en 1888 participó en la creación de la Asamblea Internacional de Mujeres, donde estaban representados 48 países. Dimitió a los 80 años del cargo de presidenta de la National American Woman Suffrage Association, si bien continuó participando regularmente en sus convenciones hasta su fallecimiento, ocurrido el 13 de marzo de 1906 en Rochester (Nueva York).